El amor consta de dos elementos fundamentales; El amante y el amado.
El amante es el que toma la iniciativa. Es el que sufre por el otro, el que necesita del otro para ser feliz. Es, digamos, al que le ha tocado la parte más dolorosa.
El amado, en cambio, es el que es querido. Pero no por eso es la parte más fácil... pues debe serle fiel. El amante que deja de amar sufre menos que el amado que es dejado de amar. Pues tú puedes querer a una persona y olvidarla, como ocurre muchas veces. Pero si eres dejado de amar, si esa persona ya no siente lo mismo por tí... si todo se acaba, duele mucho más.
Pero en el amor, esto puede cambiar, de hecho, debería cambiar: Pasar de amado a amante, de amante a amado; que el amado no pueda vivir sin el amante, por lo que ambos serían las dos cosas.
El amor ideal es que los dos sean lo mismo, amante y amado en uno solo, en cada uno de los dos.
La expresión máxima del amor, el gesto más bonito es descansar en el otro, apoyar la cabeza en su pecho y confiar completamente en la otra persona. Sentir su corazón latir, poner tu cabeza en su pecho y descansar... sin importar el tiempo, deseando que ese momento dure eternamente. Eso sí es felicidad.
En cambio, el dolor de los que no son amados mueve el mundo para mal.
Y esto es lo que une estos dos temas principales (amor y belleza); Lo que realmente buscamos es la belleza de sentirse plenamente amados.